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Avergüénzate, Sidón, porque la mar, la fortaleza de la mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni parí, ni crié mancebos, ni levanté vírgenes.

En llegando la fama á Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro.

Pasaos á Tarsis; aullad, moradores de la isla.

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